Séptimo día: Día del padre en Santiago.
Estamos en el aeropuerto de noche para asegurarnos que las maletas van a Santiago, madre mía, menuda odisea.
Es que nos pasa de todo, hoy al levantarnos se ha ido la luz y hemos tenido que recoger a oscuras, ni acordarme de la linterna del móvil. Lorena ha pasado a mi habitación y me lo ha recordado y ha sido suficiente para partirnos de risa, qué bien lo pasamos.
Como era tan temprano, nos han dejado en la terraza preparado el desayuno, qué lindos, nos prepararon café con leche y pan recién hecho con jamón, queso y mermeladas, nos hicimos el bocata , nos tomamos el café y nos hemos venido al aeropuerto. Cuando estábamos subiendo al avión hemos visto las maletas en el carro y le hemos dicho al hombre que por Dios las subiera, que no dejara las nuestras en tierra, y riendo nos dijo que no, que cabían todas . Ya veremos cuando lleguemos.
Hoy va a ser un día duro, creo , porque vamos a Sao Domingos y allí hay muchos niños, la vez anterior cada vez que nos asomábamos a la ventana veíamos más, ya les contaré esta noche.
He tenido un rato de bajón aquí en el avión, porque voy pensando que esto me gusta, que quiero volver, y entonces me he dado cuenta de que estoy disfrutando de todo esto porque él no está, uffffff, es fuerte que haya tenido que irse para que yo haga todo esto. Está claro que me dejó su testigo, porque él siempre estaba ayudando a todo el mundo.
Ya llegamos a Santiago, las maletas venían, menos mal, y al hotel y vuelta al trabajo. Hoy hemos tenido por la mañana niños pequeños y por la tarde los mayores. Solo han sido hoy 88 contando a una señora de 83 que tenía correo electrónico, me quedé loca cuando terminé con ella y me dice su nombre y @.com. qué ?????? Nos partimos de risa, le pedí una foto y por supuesto aceptó. Sólo hemos hecho hoy 17 gafas. Mañana queda el día más duro por ser el último y aquí en Praia.
Ahora nos vamos a cenar con las autoridades, médicos y Barraquer.
Un saludo , Carmen R.