Octavo día: Último día de trabajo
Es la una menos cuarto de la mañana y no sé cómo describir este día , al contrario de los anteriores , hoy no hay nada que contar especial.
Nos hemos levantado a las siete y después de desayunar nos hemos ido al trabajo. Nos hemos visto a 182 y hemos hecho 81 gafa, oh my godddddddd!!!!
Así que contar poco porque no nos hemos movido del sitio, tengo una sensación de bienestar que no puedo con ella, el día ha sido complicado de graduaciones altas, niños de un centro de discapacitados, niños de un centro de problemas económicos y sociales, parálisis, retinopatía a diabéticas , …… Yo he tenido la mañana triste viendo tantas cosas, he llorado trabajando porque me parece una injusticia que haya niños así y niños a los que no les falta de nada.
Esta es una ciudad de contrastes y el peor de ellos es los poderosos y el resto.
En cambio hay otros contrastes encantadores, casas coloridas y casas con bloques de cemento, gente con chaqueta y gente en tirantes y chanclas, negros, negros y negros rubios…. Todo un placer para la vista.
Nosotras hemos tenido el placer de compartir un picoteo regado con la maravillosa Criola, cerveza de Cavibel, uno de nuestros patrocinadores, en el que una vez más , y sin conocernos de antes, Lorena, mi encantadora compi y yo, hemos confidenciado como de toda la vida. Qué maravilla el poder andar por la vida cruzando caminos con tanta gente.
Ahora ya en la cama, merecido descanso y a gusto de haber aportado un cachito de mi vida a esta tierra que te engancha tanto por sus deficiencias como por la hospitalidad de la gente , tanto por su aridez como por la sonrisa de los niños , con dientes más pior que miyor, pero SIEMPRE ENCANTADORA SONRISA.
Un saludo , Carmen R.