Pues todo llega a su fin, y este proyecto con bastantes mejoras, también.

Hoy ha sido nuestro día de descanso y hemos madrugado igualmente porque el cuerpo está acostumbrado de toda la semana. En el desayuno echábamos de menos no salir corriendo a empezar el día, pero también es necesario parar. Nos hemos ido a la piscina toda la mañana y no hemos parado de hablar, hemos estado agustísimo hablando un poco de todo y por supuesto, de nuestros negritos.

Por la noche hemos ido a cenar con Suely y Nidia y ya Manuel nos ha llevado al aeropuerto, así que nos acabamos de separar en Lisboa, yo ya estoy en el avión rumbo a Madrid. 

Este viaje ha sido diferente que el anterior a nivel personal, he visto las cosas de otra manera, no me ha sorprendido tanto ver tanta miseria porque cuanto más los conoces, mas cuenta te das de que ellos son felices así, ellos no echan de menos lo que no conocen , te cuentan sus cataratas, sus retinopatía a diabéticas, sus pérdidas de visión por una pedrada… Como algo de lo más natural, y yo. Ufffff no puedo dejar de llorar al verlos así y no poder hacer nada.

Hay tanto por hacer en esta tierra… Uno se acostumbra a todo, pero ayer mismo que estuvimos en Praia estuvimos en un centro educativo donde no había servicio, para nosotros es algo primordial pero para ellos es el menor de los problemas.

Cabo Verde es un país de contrastes y no comprendo cómo conviven negros de clase media y negros en la más honda de las miserias. Se me parte el alma.

Bueno, estoy muy cansada de estar toda la noche sin dormir en los aviones, pero muy, muy feliz de haber conseguido ver en una semana 747 pares de ojos que te miran como si fueras lo mas grande que les ha pasado nunca, ojos que dentro de su negrura piden que les des luz.

Y nosotros damos todo por dársela.

Gracias por haberme traído a esta tierra que me ha enganchado tanto.

Un saludo , Carmen R.